martes, 7 de septiembre de 2010

Hoy he conocido a una persona que es y se define como completamente feliz, hace un año que traspasó la mayoría de edad. Tiene pareja. Ella dice y explica cada día que entre ellos hay aprecio, hay amistad, hay apoyo, hay respeto, cariño. Todas esas cosas que hoy se sustituyeron por un roce físico sin sentimientos. Me sorprendió bastante, eso solo lo veía en las series de televisión. Hoy me ha hecho recuperar las esperanzas, la fe. ¿Por qué nos hemos vuelto tan simples que nos regimos por impulsos físicos, por qué? Si es muy sencillo. Las generaciones adolescentes están impregnadas en veneno puro. Si a eso lo llaman vivir al límite, se equivocan, es no es vivir. La vida no tiene nada que ver con cubrir y esconder los problemas con drogas, alcohol o sexo. Los problemas se afrontan de otra manera. Y es que a veces, no hay ni problemas, los crean ellos mismos para luego poder tomar su medicina, creyendo que así curan los problemas que ellos mismos crearon.
Y es por eso, que tienes que fingir. Para ser como ellos porque si no, puedes pasarlo mal, te lo harán pasarlo mal.
¡Qué injusticia!
¿Por qué tengo que esconderme, mi foma de ser, mis pensamientos, todo?
¿Por qué cuando me pregunten tengo que decir lo que ellos quieran oír?
El respeto se tenía que haber impuesto hace años, ahora los que tenemos que fingir, ¿estamos absolutamente perdidos o mantenemos las esperanzas?

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